VITAMINA C
(Página 65 , Capítulo 2)
Desempeña funciones protectoras del cáncer:
* Protege las estructuras celulares, incluido el ADN, para que no se dañen
* Ayuda a tratar con la contaminación ambiental y las sustancias químicas tóxicas
* Estimula la función inmunológica
* Inhibe la formación de compuestos cancerígenos como las nitrosaminas
* Reduce el riesgo de prácticamente cualquier tipo de cáncer, incluida la leucemia, el linfoma no Hodgkin y cánceres de vesícula, mama, cuello del útero, colorrectal, esófago, pulmón, páncreas, próstata, glándulas salivares, y estómago.
(Página 161 , Capítulo 7)
El uso de los suplementos de vitamina C para el tratamiento del cáncer fue popularizado por Linus Pauling, Premio Nobel. Pauling y su compañero Ewan Cameron administraron a 100 enfermos terminales de cáncer 10 mg de vitamina C al día. 16 de esos pacientes sobrevivieron más de un año. Estos resultados no parecen importantes, hasta que uno se da cuenta de que en el grupo de control (1000 enfermos que no recibieron vitamina C) sólo 3 sobrevivieron al menos 1 año. Así pues la tasa de supervivencia con la vitamina C era de un 16% entre os pacientes tratados, comparado con sólo el 0,3% de quienes no recibieron ese tratamiento. Otra forma de leer los resultados es que la tasa de supervivencia era 53 veces superior entre el grupo de la vitamina C.(28,29)
Cameron dirigió otro estudio y registró resultados igual de impresionantes. El estudio incluyo 1 1.826 pacientes "incurables". De estos pacientes, 294 recibieron dosis altas (10 gr. al día) de vitamina C. Los 1.532 restantes sirvieron de control. Los pacientes tratados tenían un tiempo general de supervivencia de casi el doble que el del grupo de control (343 días comparado con 180 días)(30). Los investigadores japoneses también publicaron resultados parecidos en 2 ensayos sin controles dirigidos en 2 hospitales distintos en Japón durante la década de 1970 (31, 32)
Estos estudios presentaban fallos. No eran a doble-ciego (no se organizaron para evitar que los investigadores y pacientes supieran quien y quien no recibía la vitamina C). Puesto que los pacientes conocían la finalidad del experimento, una respuesta placebo pudo haber incidido en los resultados.
Otros científicos que posteriormente dirigieron estudios a doble-ciego para probar (o refutar) las afirmaciones de Pauling, no hallaron que la vitamina C sea mejor que un placebo (33,34)
En nuestra opinión, aunque la vitamina C sola puede no ser una intervención suficientemente eficaz en el tratamiento de la mayoría de los cánceres activos, creemos que es adecuada para los pacientes con cáncer (quienes en general presentan niveles muy bajos de vitamina C) porque parece reforzar su función inmune, mejorar la calidad de vida, y alargar el tiempo de supervivencia (28). Nuestra dosis recomendada es de entre 500 y 1000 mg al día
ESTUDIOS EN LOS QUE SE BASAN LAS RECOMENDACIONES DE LOS AUTORES DEL LIBRO:
Capítulo
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
(12)
(28) Fan
(29)
(30)
(31)
(32)
(33)
(34)
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