jueves, 14 de noviembre de 2013

Apoyo dietético para la radioterapia

El texto que sigue, procede del libro "La curación del cáncer. Métodos Naturales". Este libro está escrito por 4 naturópatas, los doctores Michael Murray, Tim Birdsall, Joseph E. Pizzorno, y Dr. Paul Reilly (la editorial es Robin Book para el que desee adquirirlo). 

Es de recibo informar que en EEUU la naturopatía tiene mejor consideración social que en muchos países de ámbito latino. De hecho, es a partir del concepto "empowerment" (empoderamiento), un concepto nacido en este país, por el que la gente "tomo el poder" y ejerció presión para que la oncología convencional tuviera en cuenta la medicina natural. 

Así nació la oncología integrativa, en parte por que las personas ejercieron su derecho a elegir como querían tratar sus propios cuerpos. Los doctores que firman este maravilloso y muy recomendable libro (desde aquí lo aconsejamos vivamente), tienen por tanto, una filosofía profundamente integrativa y al tiempo que promueven el respeto a la oncología convencional, exigen también respeto a las opciones "naturales". 

Es importante conocer este contexto para comprender las propuestas que ellos promoverán en el texto. 

También es importante conocer que este libro fue escrito en el año 2002 y por tanto puede haber información no actualizada.

APOYO DIETÉTICO PARA LA RADIOTERAPIA

Por favor, sigue las pautas que ofrecemos en el apéndice B, Combatir el cáncer a través de la dieta (pendiente de incorporar artículo aquí). Cuando el cáncer remite, pueden seguirse las pautas del capítulo 2. Hay varios suplementos que merecen una mención especial

VITAMINAS

VITAMINA A Y BETA-CAROTENO

Varios estudios han demostrado que la vitamina A y su precursora, el beta-caroteno, ofrecen considerables beneficios a los pacientes que reciben radioterapia (2-4). Por ejemplo, estos compuestos reducen la inflamación después de la radioterapia. Esto permite a los médicos administrar dosis más altas, y probablemente más eficaces. En un estudio sobre carcinoma avanzado de células escamosas de la boca, tratado con radioterapia, el beta-caroteno (75 mg/día) redujo considerablemente la incidencia de una inflamación oral (4)

Aparte de prevenir algunos de los efectos secundarios de la radioterapia, la vitamina A también puede favorecer la eficacia de la radioterapia. Los estudios en tubos de ensayos han demostrado que la vitamina A incrementa la sensibilidad de células cancerígenas a la radioterapia (5). En estudios sobre animales, el efecto de la radiación local se vio reforzado por los suplementos de la vitamina A y de beta-caroteno tomados durante el tratamiento (6). Los animales que recibieron el antioxidante presentaron una mejor reducción del tumor y aumentaron el tiempo de supervivencia. Los resultados de estos estudios preliminares se han mantenido en los estudios humanos.

POSOLOGÍA RECOMENDADA POR AUTORES DEL LIBRO

Recomendamos tomar setenta y cinco mg extras de beta-caroteno y diez mil UI (unidades internacionales) de vitamina a, si así lo deseas. 


VITAMINA C

La terapia con vitamina C parece ser útil durante la radioterapia. En un estudio humano, al 50% de los pacientes se le administró vitamina C (15 dosis diarias de un gramo cada una) o un placebo al mismo tiempo que la radioterapia (7). Se registraron respuestas más completas a la radioterapia en el grupo de la vitamina C un mes (entre un 87 y un 55% y cuatro meses (entre un 63 y un 45%) después del tratamiento. Los efectos secundarios también tendían a disminuir en los sujetos que tomaban vitamina C(8)

DOSIS RECOMENDADA POR AUTORES LIBRO

Recomendamos una ingesta más reducida de entre 500 y 1000 mg tres veces al día, teniendo en cuenta nuestras otras recomendaciones de antioxidantes

VITAMINA 3

Algunos estudios sobre animales llegaron a la conclusión de que las dosis elevadas de vitamina E pueden reducir la efectividad de la radioterapia (10,11). Pero cuando observas atentamente la forma en la que se llevó a cabo la investigación, es fácil cuestionarse este hallazgo. Los ratones de uno de esos estudios recibieron dosis de vitamina E, que eran 45 veces mayores que la dosis máxima recomendada al día en humanos (10). Con esos niveles extremos, no es de extrañar que la vitamina E produjera efectos adversos en las células.
En cambio, en otro estudio, que administraba vitamina E en animales, antes, durante y después de la radiación, estimulaba el poder aniquilador de la radioterapia y reducía la capacidad de división de las células cancerígenas (12). Al mismo tiempo, el antioxidante protegía a las células normales de estos efectos.

DOSIS QUE RECOMIENDAN LOS AUTORES

Recomendamos una dosis de entre 400 y 800 mg al día.

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